miércoles, 21 de julio de 2010

guardián del camino

hincado, junto al camino, los huesos secos y delgados, el olor putrefacto. Los ojos exprimidos y resecos. Un cuerpo inerte que tenía cumplir su maldición y su destino, que no podía morir ni tampoco vivir. Su destino era advertir al viajero: NO HAY RAZONES NI RESPUESTAS: SI AL FINAL DEL CAMINO ENCUENTRAS EL CASTIGO ETERNO O LA DICHA O EL VACÍO, NO TIENES OPCIÓN NI SALIDA, NI DEPENDE DE LO QUE HAGAS EN ESTA VIDA

No hay comentarios:

Publicar un comentario