lunes, 8 de julio de 2013

Una mosca parada en la pared

(noir)


2018. Guadalajara, Mx.

Una mosca vuela segura hacia la ventana cuando es alcanzada por un golpe. El golpe no acierta al cien, por lo que la mosca es alcanzada, pero continúa con vida. Vuela atarantada por el fregador.

José está tirado a todo lo largo de la cocina. ¿Desde cuando el verano en ésta ciudad se siente como el de la playa? Sobre todo si se sale (por ejemplo a la tienda o al cajero) en sandalias. No recuerda los veranos de su infancia en esta ciudad, a la que volvió después de pasar unos años fuera. Muy pocos supieron a dónde o a qué se fué. Sólo corrieron los rumores "que se fué al otro lado" después de la muerte de sus padres. José consiguió su green card gracias a un tío suyo, un pariente lejano cuya ascendencia llevaba allá tres generaciones. Su tío le dio consejos y trabajo que hicieron posible que José sobreviviera y prosperara. Se enroló en el army, y llegó a Ranger. 

La masca vuala da lada sarca da an trasta can agua tarbia can rastas da camada.

La sangre tibia, lenta y pesada, deja el cuerpo de José ¿Cuántos días tardará alguien en encontrarlo? Y pensar que, después de seis meses sin trabajar, alguien fuera a tomarse la molestia de cazarlo. De dispararle a distancia, a través de la ventana de su propia cocina. Nunca creyó que sería aquí donde todo terminaría. Siempre se imaginó que sería en la acción, durante una chamba. Como lo aconseja el "Camino del Samurai", imaginó su muerte en todas las opciones que él creía posibles. Sólo en contados instantes imaginó que sería de viejo. Y en los últimos años, habrían sido unos seis o siete instantes. (Más que posibilidades, eran deseos). Deseos no cumplidos. La ironía de Dios. Aunque siempre dudó de cualquier Dios. ¿Lo verá ahora? Lo duda. Ha visto a hombres morir, y se ha dado cuenta que lo que ven esos hombres, en ese último instante, no es Dios. Ni siquiera es "La Muerte". Simplemente, se transforman, en ese momento, en piedras aguadas, en sacos de vísceras (que por lo demás, pueden ser disueltos en un par de horas, como bien sale en las películas). 

Le mesque vuele erréteque pelegresemente cerque de en vese quen sebres tebeas de elquehel.

Alguien timbra. Ahora que ve de cerca a los insectos, piensa que quizá, en ese destino tan pequeño e insignificante, su existencia es más útil que la suya. Más pura, de alguna forma. ¿Es la conciencia de nuestra existencia, la capacidad de decidir, de imaginar cosas irracionales, inalcanzables, estúpidas o sublimes, lo que nos vuelve... malos? José piensa en los niños que mató. Dos niñas y un niño de unos catorce. Algunos no fueron alcanzados por sus balas, pero todos murieron durante sus "misiones". José intenta, con todo su "espíritu", gritar a la persona que tocó el timbre por segunda vez. Todas sus fuerzas y toda su voluntad, no alcanzan para gritar. Ni siquiera para gemir. Esos niños... ¿Podrían haber sido santos? ¿poetas? ¿pintores? José intenta ver su antebrazo, en donde tiene tatuada una estrella por cada niño colateral. Ni siquiera puede mover los ojos. Pero se imagina su brazo. ¿Qué objeto habrá sido el que más vio en su vida? ¿Las nubes? ¿El Sol? ¿El techo de su cuarto a oscuras? ¿La televisión? ¿Las distintas pantallitas de sus inútiles celulares?

Li misqui itirrizi di lidi cirqui di li vintini.

¿Quién cuidará a Jason? Pinchi gato. Al final es lo único que le importa. El pinchi gato.
¿Cómo lo encontraron? Y con un francotirador. Por lo menos, no ha de ser mexicano. ¿La luz en verano siempre fue tan dura? De niño no me parecía. Igual estaba concentrado en otras cosas. En jugar. ¿Desde cuando el verano en ésta ciudad se siente como el de la playa? 

Lo mosco poteo con ono poto sobro lo soporfosio, creondo on potrón sorcolor.

El matamoscas aferrado en la mano izquierda, cerca de los tatuajes, como prueba del la última gran proeza realizada.

Lu muscu ustú putus urrubu. Lu muscu tumpucu subruvuvurú.


domingo, 2 de junio de 2013

Ronda Nocturna


"Qué me importa la realidad que se halle fuera de mí, si me ha ayudado a vivir, a sentir que soy y lo que soy."
Ch. Baudelaire

Un hombre de 35, que en su juventud fue una joven promesa del arte en su pequeña,  minúscula ciudad de un millón de habitantes, tiene que atravesar una gran parte de su ciudad para entregar una obra. Llamémoslo K., en obvio homenaje al gran K. Últimamente no le ha ido bien a K. Siente que vive devastado por el sistema económico. Le enseñaron a crear y a creer en su futuro, pero no a encontrarse con la realidad del mundo económico en crisis post-neoliberalista. Clientes q pagan a plazos, arduos trabajos que al final no se venden, clientes que nunca pagaron, en fin. Ahora tiene que cruzar media ciudad, a las once de la noche, para vender una obra en casi nada. Algo que le suministre droga y comida por una semana. Últimamente depende de la droga para enfrentar el mundo. Y cree, también, que la droga le enseña, siempre (o casi siempre) un camino diferente, un punto de vista único. Al principio, cuando comenzó a ser reconocido en el mundillo local del arte, caía en los juegos del status y el ego, pero ahora todo eso parece muy lejano. La promesa del mundo de abundancia y tranquilidad para "crear" nunca llegó. Es así que ahora pinta para él mismo, y la razón por la que K., alto y delgado, con una larga barba enmarañada de meses, cruza la ciudad cargando un cuadro que vuelve su silueta en algo inusual. Como la silueta de la víbora que se comió un elefente, pareciera que él se hubiera comido un rombo.

Durante el recorrido, comienza a ver ventanas. A observarlas y escucharlas. Empieza en un barrio de clase media baja, en donde vive. Recuerda a Baudelaire, y piensa en la luz eléctrica. Baudelaire fascinado por ventanas sin luz fluorescente, sin radio ni televisión. Ahora sale luz de todas las temperaturas posibles de las ventanas habitadas y es muy fácil saber si los habitantes duermen (o intentan dormir) o no. Alguien ve una película de acción, en un multifamiliar con una luz muy fría en la azotea, mientras el edificio de fondo está coloreado con luz cálida. Más adelante, hay música de fiesta. Mañana es día  feriado. En los bares y cantinas la gente toma y ríe. Al acercarse a la ventana de donde sale música pop de adolescentes, una risa femenina llena el ambiente con intérvalos cortos y orgásmicos... 

Conforme cruza avenidas y se aleja de su casa, el barrio comienza a cambiar. Las casas son más grandes, más limpias, más iluminadas. ¿Cómo quieren que uno camine tranquilamente cargando su obra, por el barrio, tan pobremente iluminado? ¿Qué creerán los pocos paseantes nocturnos, al distinguir su silueta con tan poca luz? ¿Que se devoró su obra? ¿Que carga un maletín lleno de armas? Quizá alguno crea, desde lejos, que ni siquiera es humano. 

Otra fiesta, en una zona de clase más alta. La música es muy diferente. La casa es de tres plantas. Una pareja sale de ahí, hablando por celular y vestidos muy formalmente.  Antes de subir al auto, se besan, besos ebrios y apasionados. K. piensa en entrar a esa fiesta. ¿Qué clase de personas habrá ahí? ¿Qué tan ebrios estarán? ¿Agradecerán su intromisión, o lo sacarán a patadas? Si entra, estaría dispuesto a hablar de arte, y sobre todo, a entretenerlos, confrontándolos sobre el sistema. A acabarse las botellas, empezando por las más finas. Tiene que entregar su obra.

Por fin llega al domicilio, en una calle desierta. Timbra, y lo atiende una criada casi en pijama. Adentro hay muy poca luz, y suena una melodía sobadísima y aburridísima de jazz. Hay personas viajando, tiradas, regadas por todo el lugar. La criada recibe la obra como si recibiera a un mensajero de "UPS".  Toma el cuadro y lo recarga en un sofá, mientras la chica que reposa en él, en camiseta interior, le coquetea con la mirada. La criada la ignora y regresa a darle los billetes a K. Él aspira tranquilo. Ha re-escrito el texto de Baudelaire en su cabeza, y tiene dinero para sobrevivir una semana. Para seguir drogado. Para comer. No alcanzará para la renta.

En el camino de regreso, decide cambiar de calles. Un par de parejas salen de un Saloon. Se suben a sus vehículos. Tres vehículos para cuatro personas. Y él cruzando media ciudad a pie, y cargando. 

Una funeraria parece locación de una película de Leos Carax. Una casa colonial en donde la gente se reúne a bailar Salsa. Afuera del Hospital hay cambio de guardia. Tres enfermeras cenan en el puesto de hot-dogs. Una anciana llora, gimiendo, en un cuarto con luz amarilla y muebles de madera.

"Por sobre las olas de los tejados, acierto a entrever a una mujer madura, arrugada ya, pobre, perpetuamente enfrascada en su tarea y que nunca sale."

En una cuadra oscura pasa afuera de un pinchadero, y piensa en invertir, de una buena vez, su dinero. Cuando voltea, observa una enorme silueta descompuesta, casi desnuda, con un enorme vaso ámbar, que se planta en el marco de la puerta (con un contraluz también ámbar y viciado) y grita, hacia el fondo de la habitación: 
"¡Si no estás de acuerdo conmigo vamos, y nos ponemos unos putazos!" "¡Si eres tan hombre para contradecirme, vamos aquí afuera, y nos arreglamos!"

Él observa, aún desde la esquina, con el rabillo del ojo, y alenta su paso. El hombre apenas da tres pasos fuera, a una velocidad imposiblemente lenta. Da un trago a su vaso, y desaparece cuando K. dobla la esquina.

Dos cuadras más adelante, ya agotado, siente el sudor en su espalda y sus axilas e imagina el olor que emana. Encuentra unas ventanas muy iluminadas. Es un bar concurrido, con gente de traje y humo. Piensa en las diferencias entre los borrachos ricos y los pobres. Entre los drogados ricos, y los no tan ricos. Observa, detenidamente, al hombre que sale en ese momento, tambaleante. K. observa su traje caro. No debe tener tantos trajes como ese, pues el portafolios que carga está desgastado, aunque parece cómodo. Sus zapatos tampoco son de la mejor calidad. Debe ser un funcionario menor, pero con un futuro "prometedor", y es casi de su edad. De hecho, le calcula exactamente la misma edad. K. se acerca. ¿Qué se sentirá asaltarlo? K. está casi seguro de que es capaz de intimidarlo con nada, de pedirle la cartera con una actitud feroz, y un ademán amenazante, y escapar. El funcionario no lo siente al acercarse, pero todo sale mal. Él sí portaba un arma en su guantera, y amenaza a K., le grita al acomodador del bar, que sale en su ayuda, y juntos, muelen a K. a golpes. Le hablan a la policía. El encabezado: un drogadicto intenta asaltar y matar al prometedor político S. 

Los que conocen a K., están convencidos de que su destino se debe a las drogas que consume. Que su dealer le conisguió el arma plantada por la policía.

    "Y me acuesto, satisfecho de haber vivido y padecido en la piel de otros."

martes, 30 de abril de 2013

Alicia, enormísima cronopia


Alicia, a sus cuatro, es la cronopia más grande y enorme de los cronopios que surcan los mares en estos tiempos. Su lucha es contra el tiempo, y consiste en alargar las actividades cotidianas, en estirarlas como cuerdas de alguna teoría, hasta empalmarlas. 

A Alicia no le gusta que la despierten. Le gusta despertar sola. Abrir los ojos, mirar al techo, observarlo. Corroborar que es el mismo techo del día anterior. Mirar a los lados. Corroborar que el espacio también es el mismo. (Han existido ocasiones, todas registradas, en las que el lugar en el que uno se acuesta es distinto del que uno se levanta). Hay que mover, primero, un dedo o dos (de preferencia, comenzando con el pie derecho). Moverlo más rápido. Más despacio. Intentarlo con los demás. Con los de las manos. En seguida, acomodar la espalda. Respirar profundamente. Respirar otra vez. Sentir la sábana. Su peso. Su temperatura. En seguida habrá que estirar las piernas y mejor si todo sucede más cerca del mediodía que de la salida del Sol.

Alicia se baña como si cada baño fuera un vendaval o una tormenta. Como si hubiera que sobrevivirlo, como si fuera una escena en una película. O varias. Para vestirse, no importa si se necesitan más de veinte minutos. Hay que considerar, repasar cada prenda favorita, depués el conjunto y los zapatos se pueden incluso replantear ya que se ha salido de casa.

Para comer, hay que comer como cavernícola o vikingo, como si el platillo devorado sea el último platillo que se habrá de devorar en meses. El postre debe durar el mismo tiempo o más que el platillo principal. Debe disfrutarse la textura, el olor, y el color. Debe compararse con otros postres similares y diferentes. 

Alicia ve cada película como si fuera, cada una de ellas, una posible nueva favorita, y si lo es, se debe ver cuatro cinco o seis veces y a partir de entonces habrá que verla como una película de culto. Habrá que recitar los mejores diálogos, reír a carcajadas con los mejores chistes y actuar las coreografías de las escenas musicales y de acción. Disfrutar el final como si fuera la primera vez que se ve e incluso sorprenderse con la boda o la victoria. 

Alicia batalla con el sueño, pues no quiere que el día termine. Pero poco a poco se enamora también de ese otro mundo, en el que cada sueño se convierte en una posibilidad a la mañana siguiente.

jueves, 18 de abril de 2013

Cuento de matryoshka

para Carolina



...mientras él escribe 
     en el ordenador 
         él escribe 
            en él 
            escribe mientras...

                  y escribe un cuento
                 que suena a sueño y 
             que vive al mismo tiempo 
         que lo escribe y se levanta de 
        la silla y camina a la habitación 
       del fondo mientras sigue escribiendo 
     y mientras camina hacia la habitación del 
fondo pero mientras continúa escribiendo él de 
la habitación del fondo se desdobla y camina a 
   otra dimensión, la dimensión del desdoblez
      y ese otro que ya no se parece en nada 
        al primero pero se parece más en el 
              interior al primero y también al 
                   segundo y ahora hay una 
                         cuarta dimensión, 
                             quizá más pequeña
                                         y translúcida pero 
                                           igual de auténtica 
                                                          y real
                                                        y así 
                                                 se va 
                                                    d e
                                                        s
                                                       m o 
                                                           r o
                                                             nan
                                                                    d
                                                                       o 
                  
                                                                    TODO  
                                                                                                                                    esencial
                                                                       todo dejando un núcleo               y divino de 
                                                                                                                                él escribiendo 
                                                                                                                                          en 
                                                                                                                                          el 
                                                                                                                           ordenador mientras...
                                                                                            escribe un cuento que suena a sueño y que vive 
                                                                                        al mismo tiempo que lo escribe y se levanta de la silla
                                                                                         y camina a la habitación del fondo mientras sigue 
                                                                                         escribiendo y mientras camina hacia la habitación 
                                                                                            del fondo pero mientras continúa escribiendo 
                                                                                                 él de la habitación del fondo se desdobla 
                                                                                   y camina a otra dimensión, la dimensión del desdoblez
                                                                                        y ese otro que ya no se parece en nada al primero pero
                                                                                         se parece más en el interior al primero y también 
                                                                                             al segundo y ahora hay una cuarta dimensión, 
                                                                                                           quizá más pequeña y traslúcida 
                                                                                                         pero igual de auténtica y real y así 
                                                                                                     se va desmoronando todo todo dejando 
                                                                                                            un núcleo esencial y divino de él 
                                                                                                                escribiendo en el ordenador 
                                                                                                                                 mientras... 

sábado, 6 de abril de 2013

The Infinite Power of Chamán

(social disclaimer: i don't mean no harm to nobody)


y en ese instante, la duda surgió en su cabeza: ¿y si todo TODO TODO lo que me han enseñado es una mentira? y Julio, a sus dieciséis, comenzó a ver las cosas de distinta manera ...abrió su "tercer ojo", y con él, adquirió una perspectiva distinta y ya las cosas no se veían en tres dimensiones y ahora se veían casi "estereoscópicas", como el cine en 3D  - su  "tercer ojo" era una "tercera cámara"-y las cosas y las personas se veían irreales, como huecas o vacías o incorpóreas, y, sin necesidad de drogas, el Vértigo obtenido con la "Duda Suprema" era suficiente para hacerlo volar y darle  superpoderes

Yo soy Dios. Y en Dios me he convertido por el autoconocimiento. Lo mejor, es que todos somos dios. Pero ustedes no se han dado cuenta. Esa es mi única ventaja. Y por eso, hoy, ahora, esta noche, yo soy el Único Dios.


y  Julio decidió caminar, por primera vez con seguridad, entre los cuerpos de color neón, de holograma, de vacío y gas fosforescente, y se metió a la pista de baile, y en medio de la pista, bailó como primitivo o como un dios blanco en una isla de negros o indios

He venido a enseñarles. La luz está ahí al lado de la oscuridad. Lo bueno es malo y lo malo bueno. El Cielo y el Infierno son lo mismo. Soy Mahoma, soy Buda, soy Nietzsche y Judas. Soy, también, William Blake. Todos nos quemaremos juntos, o viviremos juntos eternamente.

y comenzó a bailar su propia música (o cualquier música se escuchaba como suya) rodeado de espectros que irradiaban luz y bailó con toda su fuerza y energía y magia absorbiendo la música y expulsándola por los poros y pensando en Hendrix

Tú, al igual que tu hermano, tienes poderes telepáticos. Tú, muchacha de ojos grandes, tienes el poder de sanar. Tú, gordito sin amigos, serás millonario. Esas son mis bendiciones y bienaventuranzas. 

y la música lo llenaba todo y Julio comenzó a caminar, para llevar la música y la palabra a los que no estaban cerca de la pista, y compartía miradas eléctricas con chicas y chicos a los que nunca antes había visto a los ojos, y cada mirada duraba minutos casi horas casi un Big Bang y casi una eternidad y en cada mirada transmitía el conocimiento

Él te ama. Ella te dejará. De todas formas no importa, pues los dos se merecen o no. Se aman o no. No tienen opción, o tienen todas las opciones o ya las tomaron y no se han dado cuenta.

y todos lo amaban y él amaba a todos o todos lo odiaban y él odiaba a todos y no importaba y Julio decidió salir al mundo a llevar  el conocimiento y afuera de la casa había una pequeña multitud escuchando a un chico negro: 

Y esta noche Yo soy Shakespeare y Ginsberg. Coelho y Osho. Soy nuestro pasado y todo nuestro futuro. 

y Julio vio cómo el chico que decía con tanta certeza lo que Julio estaba destinado a decir, se elevó por los aires, y desapareció en las nubes, y se perdió en la claridad de la Luna y Julio preguntó:

-¿...y él, quién era?

-...ese... ese... era "El Chamán"...

sábado, 30 de marzo de 2013

Good Men are hard to find (indeed)


(Sobre los abuelos)

"Shut up, Bobby Lee," The Misfit said. 
"It's no real pleasure in life."
Flannery O'connor.

Mi abuelo era el hombre más alto y fuerte de Huetamo. Era temido y respetado por todos. En especial, por mi abuela. Cuando él entraba a su casa, su plato tenía que estar caliente sobre la mesa, y mi abuela calentándole una tortilla justo en ese instante. Si el plato no estaba listo, golpes y regaños para todos. La clarividencia de mi abuela era casi tan grande como su paciencia. Muy pocas veces erraba la hora de llegada de mi abuelo. 

Decían de él, de Everardo, que si eras más joven, y te lo cruzabas en la calle caminando en sentido contrario al tuyo, tenías que cederle el paso, o ganarte una bofetada. Si llegaba a la cantina y alguien estaba sentado en su banco, mi abuelo lo alzaba en peso y lo lanzaba a un lado, para poder sentarse. Nadie de Huetamo se atrevía a sentarse en el banco del abuelo Everardo. Everardo era pariente de los Piedra, una familia que sí la supo hacer: asaltaron el tren llevándose muchísimo dinero, y desaparecieron. Nadie nunca volvió a saber de ellos. Algunos los imaginaban en Estados Unidos o en Europa, viviendo de su motín. 

El abuelo Everardo era un hombre tozudo,  que todos los días, hasta sus setentaytantos, desayunaba comía y cenaba carne, frijoles y tortillas. Mi tía dice que un día que se cayó ella de un árbol, él la despertó a cachetadas. Mi tía despertó, para volverse a desmayar, debido a cachetadas posteriores. 

Mi abuela, decían, era una santa, y la única capaz de aguantar a Everardo. Por eso, cuando murió, Everardo no duró mucho. La mitad derecha de su cuerpo dejó de funcionar, y con eso, su fuerza. Tuvo que vivir en la Ciudad, en donde el piso no era de tierra.  En el rancho la basura orgánica se tiraba al piso, y servía como alimento de los perros y cochis.
¿A dónde se tiran aquí las cosas, decía, si este piso no absorbe nada?

Mi abuelo materno, Leonardo, a sus cuarentaytantos, después de haber echado a andar una gran familia de nueve hijos (dos murieron al nacer) decidió echar a andar una segunda familia, también de unos cinco hijos. El problema fue que no le contó a mi abuela sobre sus planes, y acabaron peleados. Dos de sus hijos nunca lo perdonaron. Estoy convencido que mi abuela sí. 

 Mi abuelo Leonardo trabajó muchos años de "agente viajero". Aún no sé a ciencia cierta lo que hacía, pero iba en su auto a California, y duraba meses en la carretera. En el café al que íbamos cada sábado, (que fue donde realmente lo conocí) le echaban carrilla. Decían que en todos los pueblos, desde Nayarit hasta Sonora o Baja California, cuando se acercaban niños al flamante auto a pedirle unas monedas, él se las daba, "no fuera a ser que fueran hijos suyos", y así "aplacaba la conciencia". A mi abuelo no le gustaba que sus amigos me contaran esas historias, pero claro que a mí no me importaba. También decían, en el café, de él y su amigo "el Ché" que si se sentaban a platicar con ellos sobre religión creyentes, seminaristas, o incluso párrocos, se levantaban, media hora después, como ateos convencidos. El abuelo Leonardo dejó de creer el día que el cura de su pueblo (La Barca) le robó a su madre la silla de cabalgar de su difunto padre. (Lo único valioso que dejó).

Leonardo trabajó construyendo vías de tren hasta la frontera con Estado Unidos. En la ciudad, trabajó de "inspector de camiones"y su trabajo era tan ilustre, que se vestía, siempre, de impecable blanco.  

Durante dos años cargó una pistola, por si se topaba al asesino de su padre, vengar su muerte. Nunca lo encontró.

Al abuelo Leonardo le gustaba hablar de los viejos tiempos, del cine y de la literatura, de filosofía y de política. 
"Todo tiempo pasado fue mejor" era su lema. "En mis tiempos" decía, "le teníamos respeto al presidente y a la bandera". 
De joven participó en un grupo de teatro amateur, en el que conoció a Dolores del Río, y ella le decía que "no era mal actor, que se había de dedicar a eso" pero a mi abuelo no le gustaba la vida de la "farándula" y nunca se dedicó a la actuación profesionalmente. Me dijo que volvió a ver a "Dolores" muchos años después, en uno de sus viajes a California. "Una mujer bellísima".

Su amigo "el Ché" hacía 70 lagartijas cada mañana, a sus setentaytantos, caminaba en vez de tomar camión, y no comía carnes ni harinas blancas. Inventó (descubrió) la fibra "Xotzil" o de "Cahuenga" y le robaron la fórmula. Murió atropellado una mañana, camino al café. Creo que todos los días extrañaba su natal Argentina.

Cuando le dije que estudiaba cine, mi abuelo me dijo: "tienes que aprender a cantar y bailar bien, eso tienen que saber los directores de cine". Como herencia, me regaló 2 cámaras de super-8. Siempre me preguntaba qué estaba leyendo, y me platicaba lo que él estaba leyendo. Un día que mostré interés en un libro de Hegel, me lo prestó inmediatamente. Creo que mi abuelo dejó de leer a sus 89. 

Su primer esposa, mi abuela Yiya, me enseñó, también, un montón de cosas. Una vez, cuando yo tenía tres años, me quedé con ella por tres días, durante los que recortamos un juego de mesa que venía impreso en una caja de cereal, y lo jugamos inmediatamente después. Regamos todas sus plantas (tenía, al frente de su casa, latas y latones y planchas antiguas como macetas, llenas todas de diferentes plantitas, tenía tres o cuatro macetas con violetas en la cocina, un guayabo también al frente, y una higuera en su patio posterior. Vivía atrás de una escuela primaria, y cada tanto, se volaba una pelota. Como la barda era muy alta y mi abuela no podía lanzar las pelotas de regreso, se las quedaba, si no iban por ellas. Así que siempre había pelotas en su casa).

La vecina, Adelita, vendía dulces de centavos y de uno o dos pesos. En navidad, ponía un nacimiento que ocupaba toda su sala, y modelaba figuritas extras en plastilina. Una vez, de cumpleaños, me regaló un pequeño busto de policía, que guardé durante varios años, hasta que necesité la plastilina para una tarea. 

Mi abuelo paterno murió en 1981. Tengo un recuerdo inventado de él, al fondo de una escalera.
Mi abuelo materno murió a los 94. Hizo, dos años antes de morir, que todos sus hijos (trece o catorce) firmaran una petición de que no le hicieran ningún servicio fúnebre ni lo enterraran, y que esparcieran sus cenizas en el volcán de Colima. Ninguno de sus hijos defendió su petición, y fue enterrado en un panteón católico. 
Ese día me avergoncé de su decisión.

jueves, 21 de marzo de 2013

A night-time tale of one Undead and two Vampyres


(Beatnik-Style)


Es 1959. Todo empezó en una fiesta psicotrópica sin fin ni final. La banda tocaba un jazz improvisado a  ritmo frenético y supersónico y yo bailaba solo. Sentía que era la primera vez en la Historia Moderna que alguien bailaba solo. Durante ese trance absurdo y estelar, fue cuando se me acercaron. Él evidentemente era un zombie, un muerto viviente, que parecía, entre los contraluces y siluetas nebulosas, que también bailaba solo. Una segunda mirada, ya cuando estaban a mi lado, revelaba que no era así. El Zombie venía acompañado de dos Vampiras idénticas, que bailaban cada una a uno de sus costados. El carácter bizarro de la situación vino después: El Zombie era el líder, y el que me dirigió la palabra. Su voz, más que eléctrica, era neón y fluorescente: "¿Qué vas a hacer después?" Aún en trance, pensando en los remotos bailes de la Historia Antigua, contesté desdeñoso y balbuceante que no sabía. Siguieron ahí, a mi lado, hasta que acabó la música. 

Nos fuimos con el grupo de jazz a una casa de negros  en la que la música era realmente buena: rayos hipnóticos salían del Saxofón y el Saxofonista era un dios de latón y las vibraciones paganas atravesaban nuestros cuerpos danzantes y primitivos. El Zombie seguía a mi lado, así como las Vampiras. Decidí seguir con mi juego del desdén y del silencio. Las Vampiras emanaban Rayos Gamma, y yo disfrutaba el frío que generaban en mi cuerpo. Ellos, por supuesto, no bebían nada. Lo único que necesitaban era nuestra Energía Vital. Justo antes del amanecer, y considerando el tiempo necesario para llegar a su casa, se salieron de la fiesta. Los seguí, atraído por su Campo Magnético. Llegamos a su casa, un cuartito maltrecho en un enorme monolito alienígena. Sin decir nada, Las Vampiras  se acostaron en un catre, de manera simétrica, en posición fetal. Ni siquiera se quitaron las botas. Sus frentes casi se tocaban. Inmediatamente entraron en el sueño profundo y un Aura azul las rodeó, disparando campos concéntricos de energía maligna. Me fumé un cigarro con El Zombie, mientras la(s) veíamos dormir. 

Diez minutos después, disfrutamos la salida del Último Sol desde lo alto del monolito.

viernes, 8 de febrero de 2013

PIG

Fanfiction no.2 (Shame)

Normalmente salgo del trabajo a las 7. Pero realmente, pienso: si a las 630 de la tarde ya no voy a hacer nada hasta las 7, para qué sigo aquí. Así que a las 630 ya estoy en el camión de vuelta a casa. A veces, aprovecho éste tiempo para ver chicas. Me encantan. Me gusta verlas, y si en el camión están cerca, tocarlas, como sin querer, con mi brazo y con mi codo. Si están realmente cerca, también me gusta olerlas. Me gustan las chicas. Incluso, a veces también las sigo. El otro día, por ejemplo, seguí a unas de esas chicas. Bajó del camión delante de mí, y yo, casi sin querer, comencé a seguirla. De todas formas para eso me salgo temprano del trabajo, para aprovechar mi tiempo en lo que yo quiera. En realidad, qué más voy a hacer durante las 630 y las 7 que no haya hecho ya. Ni que alguien se diera cuenta. De todas formas, también se puede aprovechar el tiempo libre frente al monitor. Es más. A ella, ya la había visto. Una vez, volteando a ver algo que me llamó la atención en la calle, mis ojos encontraron ese par de pechos que sobresalían al lado de los otros. Esa chica. Con un look dark. Los ojos delineados, el pelo largo y negro, y un tatuaje en el antebrazo izquierdo. La primera vez que la ví vestía unos pantalones ajustados negros. La segunda también, y una playera larga, de un grupo de rock. La verdad no sé si la primera vez eran mallas o likra. Pero estaban bien ajustados. La tercera vez, llevaba unas mallas, ahora sí seguro, de leopardo. Y una camisita larga, y no aguanté las ganas de seguirla. La seguí, la primera vez, a cierta distancia, aprovechando que iba en el camino a mi casa. Cuando se desvió de mi camino, yo seguí con el mío, como si nada. Pero aproveché mi tiempo libre frente al monitor. Se encuentran tantas cosas frente al monitor. Hay todo un mundo, todo un universo. Uno puede estar buscando cualquier cosa... un meme político, un video chino, y de pronto chicas! Chicas también dentro del monitor. Incluso mejores que las de la vida real. Bar Rafeli, Niurka, Paris, y de pronto... pechos! Que bien se aprovecha el tiempo frente al monitor. Así que ese día no perdí nada de tiempo con la dark, y lo aproveché en el monitor. Pero al verla al otro día también en mi camión, y verla bajarse donde mismo que yo, la seguí un poco más. Solo eran un par de cuadras. Pero cuando dio vuelta más lejos, en una cuadra oscura, mejor cambié la dirección, y me dirigí a mi casa. La tercera vez que la seguí, vi el edificio en el que se metió. Después, pasé por enfrente. Desde la reja de la entrada se podía ver la escalera al fondo. Después, fui a mi casa a masturbarme pensando en ella. Al día siguiente, no me tocó verla en el camión, pero la esperé en la parada. No llegó. De seguro la muy puta estaba con otro cabrón. Dos días después, la esperé enfrente de su casa. Pude ver que vivía sola. Se prendió la luz del apartamento y después  la de su cuarto. Nadie más entró en toda la noche. Pero no quería forzar las cosas. Antier, por fin, la volví a encontrar. La seguí, y, frente a su casa, inventé una excusa para hablarle. Estaba sudoroso, y tan nervioso, que nisé qué le dije. Intenté q me invitara a pasar y no quizo la muy puta y logré q abriera la puerta y yo sólo podía pensar en esos pechos y en penetrarla adentro muchas veces much as V-E-C-E-S MUCHASSSSSSSSSSSSSSS

viernes, 1 de febrero de 2013

1994

En 1994 yo tenía 14 años. Mis ahorros (que venían de mesadas y trabajos de verano) los gastaba en discos, cómics y discos. Había que seleccionar: leer reseñas en las revistas, y encontrar el disco. Cuando encontraba el disco, visitaba la tienda de discos cada que me era posible, con la esperanza de que, al no ser un disco tan comercial, bajara de precio, y de paso me aseguraba que siguiera en existencia. Algunos de los discos que compré, fueron los mismos que llegaron a la tienda en el primer "tiraje" y que tenía en mis manos cada vez que visitaba la tienda. De los discos que más tardé en comprar (tres semanas de ahorros, a veces cuatro) me sabía ya la lista de "tracks", si venía impresa en la contraportada, y, al momento de escucharlos por primera vez (aún recuerdo cuando fuimos todos a comprar el "cd player"... ese aparatito que se podía conectar al minicomponente Sony ----mi padre decía que los japoneses tenían todo planeado, que iban 10 años adelante en la tecnología, y que por eso el aparatito comprado -¡cuatro años antes!- ya tenía una entrada preparada para el "cd player"----sus primeros cd's fueron uno de Mantovani (obviamente uno que incluye el tema de Rocky) y uno de Kenny G--- 
En 1994 tuve mi primer amiga-niña. Una chica guapa y súper inteligente, que se burlaba mucho de mi torpeza social. 
 En 1994, aprendí a dibujar, para sorprender a esa chica, y dibujé muchos muchos muchos monitos, durante todas las clases. Había rayado cuadernos toda mi vida, pero recuerdo el momento exacto en el que me esforcé en imitar las sombras de los dibujos animados. Lo logré, y fui un pequeño éxito, por lo menos con la chica y mis amigos cercanos. (En un contexto en donde nadie sabía nada nada nada de arte). Esto, junto a mi obsesión de cargar libros diario y hojear con mi primo la Wizard (revista gracias a la que sabíamos qué pasaba en las historietas sin tener que comprarlas (2 dólares cada una, quién podia comprar más de una a la quincena, contra 5 o 6 dólares de la Wizard!?), y gracias a la que mi primo y yo descubrimos a Alan Moore)  me convertía en el perfecto nerd. En 1994 ser nerd no era cool, y el término geek no existía (por lo menos en México). Saber sobre arte e interesarse en la ciencia tampoco era cool, como ahora lo es, con los hipsters. Era algo contra lo que se tenía que luchar, día a día, en la vida cotidiana.  En 1994 leí por primera vez en mi vida a Rimbaud. En cuanto leí los primeros versos de Una Temporada en el Infierno fui incapaz de soltarlo. Estuve todo el día, leyendo 3 o 4 veces cada verso, y después cada párrafo. Después, lo intercambié con el Chene por uno de Baudelaire. Nunca habíamos, ninguno de los dos, leído nada parecido. Nunca, la oscuridad, había encendido nuestros corazones de una forma tan pura. Ese mismo año descubrimos a Bukowski (que no aparecía en las enciclopedias de mis padres ---yo creía ciegamente que en las enciclopedias estaban TODOS los escritores, así como TODO el conocimiento---) y escuchábamos casi puro grunge. Yo adoraba sobre todas las cosas a  Nirvana y a Pearl Jam (no tenía copias piratas de ninguno de sus discos ni cassettes -original o nada- ) y algunas otras cosas: el Chene estaba en ese momento traumado con Los Caifanes y, además, su padre era empresario musical, por lo que estaba bien instruido en la historia del rock (conocía y sabía la importancia de Pink Floyd, Led Zepellin, etc.- yo estaba obsesionado con Café Tacuba, y R.E.M., y no sabía nada de la historia del rock (tampoco venía en las enciclopedias) pero escuchaba todo lo que el Chene tenía que decirme al respecto, así como los sencillos en Stereo Soul (obviamente, no salía de Starway to Heaven, Wish You Were Here, The Wall y Black Dog... ese año no escuché ningún disco completo de ninguno de esas grandes bandas, pues nadie a mi alrededor los tenía). Ese año también leí las biografías de Leonardo y Miguel Ángel, y duré obsesionado con ellos durante varios meses.
Y la oscuridad llenaba nuestro joven espíritu grunge, e inclusive hicimos un par de pactos. Ese año, en homenaje a Kurt Cobain, nos vestiríamos con faldas largas. Unas faldas "tipo hindúes" que se usaban en los 90's, que Kurt había usado en algún concierto y que podíamos conseguir. El Chene se acordó hasta muy tarde el día anterior (o eso dijo).  Yo cumplí con el pacto. Y ese mismo día unos compañeros habían preparado un Prank para... "alguiencuyonombreahoranorecuerdo",  otro compañero. La broma (super-bullying, dirían hoy) consistía en pegar volantes y repartirlos por toda la prepa de que "Fulanito" era gay. Y ahora, yo era su compañero perfecto. Y así salieron los volantes. Durante todo el día, no dejaron de chiflarme cada que salía/cruzaba un pasillo. Las chicas darks del último año me detuvieron para felicitarme. La directora me llamó a su oficina (no había uniforme y mi vestuario no era indecoroso, no podía decirme nada) y me preguntó si sabía lo que se decía de mí. Le dije que sí, y que no me importaba. (Unos 10 años después, alguien se me acercó en una cantina ---güey, tú eres el cabrón que se llevó falda a la prepaaa... que güevotes... neta, que chingón, güey, neta que me acuerdo y me da orgulloooo---)
El problema fue al salir de la escuela, pues mi madre pasaría cerca de la prepa y me recogería. Me preguntó que porqué lo había hecho. Le dije lo de Kurt, y me preguntó si tenía dudas sobre mi sexualidad. Mi padre no me habló durante tres días. Es la única vez en la vida que ha dejado de hablarme. Semanas después, seguían preocupados, y tuvimos una muy accidentada plática, en el auto, sobre los valores (¿a quiénes admiras, como quien quieres ser? ...uhm... como Kafka, Rulfo, Picasso, Rimbaud... mi madre, con los ojos llenos de lágrimas: ay mijito, puras personas con la moral relajada... yo: pero Kafka y Rulfo eran casi monjes... mi madre rompe en llanto).
En 1994 fuimos a visitar, un día X, a Juan Pablo, a su prepa, y ese día Juan, sinser hippie, había decidido irse descalzo desde su casa. Traía los pies negros (eran como 40 minutos en camión de su casa a la prepa) y no sabía que lo visitaríamos. Fue cerca de su cumpleaños. Juan Pablo, tiempo después, hizo el experimento de "a ver cuánto duro sin bañarme" ---visto en retrospectiva, Juan era súper hippie!--- y duró casi una semana, hasta que su novia se lo exigió.
En 1994 tuve mi segunda camisa de franela. Era más bien una sudadera de franela de cuadritos, pero tenía hoodie (!) y creo que la usé durante dos años, casi a diario. Así como una gorra de Brasil que me compré en Dallas. En 1994 podías vestirte mal, y con la misma ropa a diario, y no importaba. Podías argüir que eras grunge. Y no existían las playeras de superhéroes ni de ilustraciones indie para jóvenes. 
Ese año pasé por Dallas de camino a Minnesotta, en donde estuve de intercambio durante el verano. Y me hospedé, durante tres o cuatro semanas, en una casa victoriana sobre Summit Avenue, exactamente la calle en donde comienza Freedom, de Jonathan Franzen. 
En 1994 me fui de vacaciones midiendo una estatura promedio (era el tercero en la fila) y regresé del verano midiendo más de uno-ochenta. 
Ese verano leí Miguel Strogoff mientras escuchaba, una y otra vez, Automatic for the People, y me imaginé, plano por plano y escena por escena, toda la novela en dibujos animados. Al terminarla, pensé, casi con trivialidad, que un día haría una película de dibujos animados sobre esa novela. En ese momento no sabía que estaba definiendo mi futuro.

1994 fue un gran gran año. 

lunes, 14 de enero de 2013

Relato de 3 fiestas y un sueño. (Sueño No. 2847)


Todo empezó como una carne asada, pero al aumentar las bebidas, y después de una buena plática de cine (y bueno, también de paternidad) ------hay que ir a la segunda fiesta, con buenísima música y más alcohol y más cosas divertidas--- aunque hay que mantener bajo perfil aquí pues llegamos con P, y P tiene que escapar pronto y nosotros con ella --- pero saludar a todos de lejos, cenar tacos de asada, y platicar sobre lo-complicado-que-es-ver-las-estrellas-en-un-telescopio --- hora de huir (y yo me robo dos tacos para el camino, un vodka y una cheve -me chingo los tacos en un solo alto-)---  De vuelta a la carne asada, y en cuanto entramos, ponen "Like a Stone"--- y a bailar. Y pienso en Rage Against The Machine, y, en un parpadeo, recuerdo un sueño que tuve en la semana--- y fue como si una grúa cambiara el set, y agregara un muro de tablaroca, y la cámara frontal, y todo en colores pastel: hay tres hombres más a mi lado (viéndolos bien, no son hombres, son pubertos salidos de la nada) y todo parece una película de Wes Anderson: nos desvestimos, coreográficamente,  (nuestra ropa interior es Super Cool) y nos arreglamos para una fiesta de Prom... y todos comienzan a tratarme como si tuviera 16 años, y así me siento (aunque, durante el sueño, siempre mantuve la calva) y llegan nuestras parejas (la mía, para mi sorpresa, es mi mujer, también de 16, está súpercontenta y emocionada de ir al Prom)---- y vámonos al Prom y de regreso a la fiesta: L ha pedido una rola de Beyoncé, y L comienza a bailar, y, al bailar, se transforma en negra, y baila salsa, mambo, y merengue, y todo lo que toca lo transforma en una fiesta cubana ---- y a la última fiesta pendiente: fiesta de cumpleaños de Y, en cuanto entro (mi mujer se ha ido a dormir) ponen "Billy Jeans" e inmediatamente después, "Thriller", y dos personas en la fiesta hacen toda la coreografía de thriller, (uno incluso viste lentes y hombreras), y es/fue una fiesta sorpresa, y todos me cuentan lo-bien-que-funcionó-la-sorpresa, y de pronto todas las chicas se van al Américas y Y tiene demasiadas ganas de agradecerle a su chica y mejor vamos por unas palomitas para ver el show.... o 2 hotdogs y a dormir. Dos días después, Y sigue sin salir de su cama, con su chica a su lado.