martes, 30 de abril de 2013

Alicia, enormísima cronopia


Alicia, a sus cuatro, es la cronopia más grande y enorme de los cronopios que surcan los mares en estos tiempos. Su lucha es contra el tiempo, y consiste en alargar las actividades cotidianas, en estirarlas como cuerdas de alguna teoría, hasta empalmarlas. 

A Alicia no le gusta que la despierten. Le gusta despertar sola. Abrir los ojos, mirar al techo, observarlo. Corroborar que es el mismo techo del día anterior. Mirar a los lados. Corroborar que el espacio también es el mismo. (Han existido ocasiones, todas registradas, en las que el lugar en el que uno se acuesta es distinto del que uno se levanta). Hay que mover, primero, un dedo o dos (de preferencia, comenzando con el pie derecho). Moverlo más rápido. Más despacio. Intentarlo con los demás. Con los de las manos. En seguida, acomodar la espalda. Respirar profundamente. Respirar otra vez. Sentir la sábana. Su peso. Su temperatura. En seguida habrá que estirar las piernas y mejor si todo sucede más cerca del mediodía que de la salida del Sol.

Alicia se baña como si cada baño fuera un vendaval o una tormenta. Como si hubiera que sobrevivirlo, como si fuera una escena en una película. O varias. Para vestirse, no importa si se necesitan más de veinte minutos. Hay que considerar, repasar cada prenda favorita, depués el conjunto y los zapatos se pueden incluso replantear ya que se ha salido de casa.

Para comer, hay que comer como cavernícola o vikingo, como si el platillo devorado sea el último platillo que se habrá de devorar en meses. El postre debe durar el mismo tiempo o más que el platillo principal. Debe disfrutarse la textura, el olor, y el color. Debe compararse con otros postres similares y diferentes. 

Alicia ve cada película como si fuera, cada una de ellas, una posible nueva favorita, y si lo es, se debe ver cuatro cinco o seis veces y a partir de entonces habrá que verla como una película de culto. Habrá que recitar los mejores diálogos, reír a carcajadas con los mejores chistes y actuar las coreografías de las escenas musicales y de acción. Disfrutar el final como si fuera la primera vez que se ve e incluso sorprenderse con la boda o la victoria. 

Alicia batalla con el sueño, pues no quiere que el día termine. Pero poco a poco se enamora también de ese otro mundo, en el que cada sueño se convierte en una posibilidad a la mañana siguiente.

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