miércoles, 3 de agosto de 2011

Horcruxes

   Un escritor comienza el ejercicio de crear un personaje en twitter. Es sobre un homeless al que vio en la calle, en una esquina. Se lo encontró, días después, acomodado en unos escalones, escribiendo. Después, en el barrio, en una entrada abandonada, de nuevo escribiendo. El escritor imagina lo que ese hombre profeta, escribiría en twitter. Lo que escribiría contra el sistema, contra la democracia y el capitalismo. Contra las instituciones. Después, hace el perfil de un músico en MySpace. Un músico gitano, al que conoció en Tijuana. Imagina la música que el gitano crearía, sube pedacitos, piezas originales con un violín un poco desafinado, al que le falta una cuerda y percusiones de tambos, latas, que después de frenéticos episodios deja inconclusas, como en las historias de Parker o Coltrane o inclusive Miles Davis. Ahora el escritor comienza un blog de poesía iracunda, satánica e inmoral, pornográfica y Sádica. Otro, en otra plataforma, de relatos minimalistas acompañados de imágenes bajadas de la red. Relatos melancólicos y sugerentes. Abre un Facebook de una morrita-fresa-tipo Sookie. Baja fotos de sus "amigos" y "fiestas", y las postea como suyas. Postea puras pendejadas y "le gustan" otras más. Es el Pessoa contemporáneo. El creador multitask, el escritor-zapping, el artista postMtv, etc. Poco a poco, con la práctica, tiene que ir prestando menos atención a cada uno de sus personajes. Cada vez menos, hasta que cinco minutos al día son suficientes y necesarios para que existan virtualmente, durante cinco minutos solamente… ¿y él? Él ya no existe. Él ha dividido su alma en ellos. La ha vendido y diluido, en cada uno, de tal manera que la mediocridad de cada personaje sirva sólo para mantenerlos a flote, para tener entradas/comentarios/twits/rolas a diario.

1 comentario:

  1. How will dare enough to take back to his soul all the horcruxes already created and be one again?

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