domingo, 5 de junio de 2011

Historias del crack (III)

Fué cuando la taza se estrelló en la pared, que Pablo, de 8 años, tomó la desición. Después de esa semana terrible de gritos y peleas y a veces, golpes. Así, Pablo, decidido y sin llamar la atención, cerró la puerta de su cuarto y abrió su baúl de los juguetes y se metió en él, y lo cerró. Y comenzó a vivir en el mundo en donde Pablo es pirata-astronauta-caballero-dragón, y a veces, Rey. Y vivió en ese mundo para siempre.

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